19/5/08

Ayuntamiento de Valencia

- Corrupción municipal y licencias de actividad… Una cosa que me llama la atención, como administrativista con experiencia en ciudades como Valencia, de los casos de corrupción en Coslada o Madrid a cuenta de las actividades que requieren licencia, es que se pueda dar la situación en que la policía o funcionarios municipales puedan extorsionar a quienes tienen negocios no legales o no legalizables amenazándoles con el cierre. Porque no se trata, en tal caso, exactamente, de una extorsión. Es, más bien, una especie de simbiosis para delinquir o infringir normar administrativas. Tú haces cosas que no tienes derecho a hacer. Yo hago la vista gorda. Tú, a cambio de eso, me pagas algo. Yo, por lo demás, te tengo bien pillado, dado que al estar tú en situación de ilegalidad, te puedo pedir el oro y el moro. Como es evidente, la capacidad de coacción y el precio que se puede exigir dependen, en ambos casos, de que los incumplimientos de la norma sean la excepción. En otro caso, la intercesión del agente de autoridad y su supuesta protección ven mermado mucho su valor.

Este esquema, como es evidente, no puede funcionar en muchas ciudades españolas, como Valencia, donde ni los funcionarios municipales ni la policía tienen capacidad de actuación frente a negocios como locales de copas, de ocio, clubes y demás que funcionen sin licencia. Mi experiencia me ha permitido descubrir, a ver si un día lo tratamos en profundidad, que en Valencia, y supongo que en otros sitios será lo mismo, las órdenes generales, globales, directamente emitidas desde la Alcaldía, impiden a los funcionarios o a la policía local cerrar cualquier negocio o controlar que cumple la legalidad. Así de sencillo, así de claro, así de fuerte.

Por poner un ejemplo “enteramente al azar”, pongamos que un local lleva dos años funcionando sin licencia y generando enormes molestias y denuncias vecinales. Pues en Valencia seguirá funcionando sin el más mínimo problema a pesar de que la ordenanza municipal prevé que un local sin licencia ha de ser clausurado “inmediatamente”. La interpretación jurídica que hace el Ayuntamiento de Valencia del concepto de “inmediatez” equivale a “cuando haya una sentencia judicial firme” (es decir, que puede equivales a unos 8 ó 10 años). Además, como el local no tiene licencia, las órdenes de Alcaldía son interpretar que, en tal caso, los servicios municipales no podrá ncontrolar ni castigar que infrinja las disposiciones en materia de olores, humos, ruidos, vibraciones… porque esas disposiciones se aplican sólo a quienes ya tienen licencia. Tampoco, por idéntico motivo, pueden controlarse los horarios de cierre ni obligar a cerrar un garito que a las 5 de la mañana permanezca abierto montando un follón de órdago a pesar de que su supuesta actividad de cafetería (sin licencia) le obligue a hacerlo a la una y media. “Como no tienen licencia, no podemos imponerles el cumplimiento de horarios”.

Así de surrealista, así de “jurídico” es el asunto. Con tal cobertura, eso sí, nos ahorramos problemas de corrupción policial. No hace ninguna falta pagar a la poli para tener un local ilegal abierto, dado que la alcaldesa personalmente vela por que todos lo puedan estar y no sufran problemas. Eliminada la corrupción policial y funcionarial, queda la duda de si estamos, por el contrario, ante una corrupción institucional generalizada y a gran escala, ante una manifestación de brutal incompetencia o, simplemente (y es desgraciadamente lo más probable) ante una muestra de desprecio a los ciudadanos y a sus derechos, muy propia de Administraciones que siguen funcionando con patrones de hace décadas, ajenas a cuáles son sus obligaciones.

De aquí

18/5/08

De un cristiano respetable

Muchos nos preguntamos si de verdad el Gobierno será capaz de afrontar las relaciones con la Iglesia de un modo muy distinto a como se viene haciendo hasta ahora. La actual relación se basa en los Acuerdos preconstitucionales Iglesia-Estado del año 79, que venían a sustituir al Concordato del año 53. Estos acuerdos son más propios de la época del nacional catolicismo que de los nuevos tiempos democráticos que vivimos en España desde hace ya muchos años.

En mi opinión, lo que se debiera plantear es una revisión de esos Acuerdos, de modo que se eliminen privilegios, se respeten los derechos constitucionales y se ofrezca una relación más justa e igualitaria a otras religiones que en estos años han ido aumentando muy considerablemente su número de seguidores.
Sería deseable que la Iglesia, en este nuevo marco de relaciones, se esforzara por renunciar a métodos de financiación que no sean los suyos propios. Que comprenda que la enseñanza del Evangelio y de los principios morales debe impartirla a aquellos que son sus fieles, en sus propios espacios y sin buscar apoyos en estructuras de enseñanza que son para todos los ciudadanos y donde hoy coexisten todo tipo de religiones. Otra cosa diferente es que en los centros públicos se imparta la Historia de las Religiones, pero nunca un adoctrinamiento religioso por parte de las diferentes iglesias.
Que elimine la presencia de capellanes militares en el ejército. Que renuncie a utilizar sus medios de comunicación para atacar e insultar sistemáticamente a todo tipo de personas e instituciones y respete escrupulosamente el ideario de unos medios católicos. Y sobre todo, que entienda que estamos en un Estado de Derecho donde convivimos ciudadanos que creen y que no creen y creyentes de varias religiones. Que no puede pretender que el Gobierno, que debe velar por el bienestar de todos los ciudadanos, dicte leyes y normas con los criterios de la jerarquía católica.
Es la propia Iglesia la que debe esforzarse por conseguir que los que creen, practiquen. Así evitarían los problemas de unas iglesias vacías o con personas muy mayores, de la falta de vocaciones y de unos cultos aburridos, monótonos, que no dicen nada a nadie y que alejan a la juventud y a los trabajadores. Que se esfuerce en conseguir que las normas morales vayan dirigidas a los que son creyentes, no a toda la Sociedad. Que sean los fieles los que colaboren económicamente en el mantenimiento de la Iglesia, no todos los ciudadanos. Que procuren que los sacerdotes y religiosos puedan compartir su misión pastoral con un trabajo civil para evitar gastos. Y que entiendan que es en las iglesias donde deben de exponer su doctrina y su moral, más que salir a la calle en manifestación, contra las leyes que dicte un Gobierno que tiene que gobernar para todos los ciudadanos.
Y desde luego, sería deseable que fuera la propia Iglesia quien intentara conseguir que las ceremonias civiles (como el nombramiento de cargos de los ministros), no esté llena de símbolos religiosos como la Biblia y el crucifijo o que los responsables públicos ( en muchos casos no creyentes) tengan que participar en ceremonias religiosas simplemente para cumplir un protocolo, ya desfasado, absurdo hoy en los tiempos que vivimos.
Sería deseable que, Iglesia y Estado, en el marco de unos Nuevos Acuerdos, escenificaran e hicieran visible esa separación en el marco de la aconfesionalidad que nuestra Constitución proclama.
La Iglesia desde luego podría sentirse mucho más libre y también sería más creíble para los ciudadanos.
Pero, visto lo visto en la anterior legislatura, mucho me temo que el Gobierno no sea lo suficientemente firme para recomponer las relaciones Iglesia–Estado como hoy los nuevos tiempos demandan.
Juan Cejudo es miembro del Movimiento por el Celibato Opcional (MOCEOP) y de Comunidades Cristianas Populares

De aquí

13/5/08

Mortadelo y el ladrillo

Alucinantes las variopintas propuestas que se están lanzando desde diversos lobbys económicos tratándole de indicar al Gobierno propuestas para frenar la crisis que afecta a España. Una ya empieza a dudar si confunde realidad con ficción o si las firman Mortadelo y Filemón, pero no, las diferentes medidas que han aparecido en los medios los firmaban las cabecillas pensantes de nuestros lobbys Inmobiliarios y Financieros, eso si con el denominador común de barrer cada uno para su casa.

Pasó a recopilar una muestra, empezando por la que nos envió Carles por email:

- “La Asociación Española de Banca (AEB) pide que el gobierno utilice el fondo de la Reserva de la Seguridad Social para comprar cédulas hipotecarias y bonos bancarios“. En fin, casi ni merece comentarlo, pero no sólo han empapelado a una gran parte de los ciudadanos con hipotecas a 40 años y ahora encima quieren que nos compremos a nosotros mismos nuestras hipotecas con lo ahorrado por el Estado para nuestra jubilación. No es que financieramente me parezca un disparate, es que simplemente es amoral.

- Las propuestas de la Asociación de Promotores y Constructores de Viviendas son de lo más variado. Desde proponer una especie de nueva figura de vivienda protegida con precios entre la VPO y la vivienda libre, una especie de ser mutante que creo que ni ellos entiendes, proponiendo que lo que es una vivienda libre después se convierta en protegida (¿para sacarse el stock que no venden?.

- Que el comprador pague un tipo de interés fijo y el Estado asuma las subidas (es decir todos los españoles pagaremos de nuestro bolsillos el riesgo financiero de los que han decidido endeudarse). Cómo se suele decir ante estas condiciones maricón el último.

- Y cómo no podía faltar toda una serie de deducciones fiscales adicionales para comprar primera vivienda, para deducir impuestos por alquilar una segunda vivienda. Dinero que saldría de los contribuyentes para seguir aguantando el modelo del ladrillo.

Ante semejantes presiones y tonterias, sólo puedo decir…. Solbes RESISTE.

De aquí.

Estado de derecho

Para organizar un Estado laico, lo primero que se precisa es tener la firme voluntad de organizar un Estado laico.

Dicho así, parece una redundancia, o una boutade, pero qué va. Es dudoso que quien se viste de gala para acudir al Vaticano a concelebrar la beatificación o santificación de éste o del otro supuesto mártir hispano, y besa la mano de todos los papas o cardenales que se le ponen por delante, tenga claro que lo que desea es que el Estado que representa sea escrupulosamente laico.

Si bien se mira, es sencillísimo lograr que el Estado español se convierta en laico con todas las de la ley. Basta con tratar a la Iglesia Católica igual que a las demás confesiones religiosas. Se trata de denunciar, por absurdos e improcedentes, el acuerdo entre el Estado español y la Santa Sede sobre Asuntos Jurídicos, el acuerdo sobre Enseñanza y Asuntos Culturales, el acuerdo sobre Asuntos Económicos y, en fin, el acuerdo sobre Asistencia Religiosa a las Fuerzas Armadas y el Servicio militar de los clérigos y religiosos, todos ellos suscritos por última vez el 3 de enero de 1979, si mi información es correcta. Y poner fin al atávico pago de las amortizaciones que recibe la clerecía para compensarla por las muy moderadas y más que sensatas medidas que tomaron Mendizábal y Madoz allá por los inicios y los medios del siglo XIX, con la comprensible intención de que España se convirtiera en un Estado moderno.

Se trata, por poner un ejemplo, de que el Estado no pregunte a los contribuyentes si queremos que una parte de los impuestos que pagamos vayan a parar a la Iglesia vaticana, por la misma razón que no nos pregunta si deseamos que recalen en la Iglesia taoísta o en el Frente Zapatista de Liberación Nacional.

¿Que una mayoría de la población española es católica? Tengo mis dudas. Pero, de ser así (que no niego que pueda serlo), mucho mejor que se le pone.

Que los fieles de esa Iglesia, de la que son devotos, contribuyan por su cuenta al mantenimiento de su estructura y aseguren el sostén de sus actividades. Son libres de hacerlo. ¿Quién se lo impide? Pero que no reclamen que la organización del Estado se ponga a su servicio.

 

De aquí

10/5/08

last.fm

El perrazo muerto

El cascabel se llama laicismo y el gato se llama Estado español. Entre el cascabel y el gato se interpone un escarmentado perrazo llamado Iglesia Católica que sabemos cuánto ladra, pero no cuánto muerde. El nuevo Gobierno ha amanecido cascabelero y se compromete a reformar la Ley de Libertad Religiosa, aunque no dice cuándo, cómo ni cuánto. Sobre todo no dice cuánto. En la Conferencia Episcopal deben estar temblando de puro miedo. Mira cómo tiemblo, amadísimo Gobierno. La vicepresidenta De la Vega compareció ayer ante la prensa no para mostrar la campanilla laica propiamente dicha, sino para anunciar que el Gobierno tiene preparado un lindo cascabelete para colgar del cuello del Estado, pero sin ofender ni ir “contra nadie”.
El problema, como viene sucediendo de un par de siglos a esta parte, no está en los ofensores, sino en los ofendidos, en esa apretada falange de humillados imaginarios dispuestos a armar la de Dios es Cristo si a algún Gobierno legítimo se le ocurre, pongamos por caso, cumplir la ley con treinta años de retraso y hacer efectivo el laicismo implícito de todo Estado constitucional. Pero la dirección de la Iglesia es experta en ofenderse sin que medie ofensa alguna y, a su vez, el Gobierno teme el gran talento eclesiástico para incendiar los corazones de sus indiferentes parroquianos, la mayoría de los cuales, por cierto, han dejado de ser católicos pero todavía no lo saben. Como no lo quiere saber la Iglesia ni se atreve a saberlo el Gobierno.

De aquí

En el Estado de todos

I. Educarás en igualdad

En España hay 17.000 colegios de titularidad pública y 7.000 concertados o privados. Casi 2.500.000 alumnos de enseñanza no universitaria —uno de cada tres— estudian en centros concertados de ideario religioso. El Estado los financia con fondos públicos, pero deja su gestión en manos de instituciones religiosas. Este modelo es el pilar en el que se sustenta la influencia católica en la sociedad. Históricamente, la Iglesia ocupó así una responsabilidad desatendida por el Estado. La recuperación de la democracia no reformó este modelo, consagrado en el Concordato de 1979.


II. No sermonearás fuera del púlpito

La asignatura de Religión "interrumpe el funcionamiento común del horario lectivo e impide que ese tiempo se dedique a otro tipo de aprendizajes", según denuncia la plataforma Por una Escuela Laica. Los acuerdos con la Santa SEde y la LOE convierten la doctrina católica en una asignatura de oferta obligatoria para los centros y de carácter voluntario para el alumnado. El Estado paga a los profesores de Religión, aunque los seleccionan los obispos. La Religión ocupa casi 1.000 horas lectivas en las etapas de Infantail y Primaria y 450 horas en la ESO, tanto como la educación física o artística.


III. No impondrás tus símbolos al Estado

El pasado jueves, los máximos representantes de los tres poderes del Estado acudieron al funeral de Estado celebrado en la catedral de La Almudena, en Madrid, por Leopoldo Calvo Sotelo. Ni el Jefe del Estado ni el del Ejecutivo presiden esa ceremonia religiosa, quien lo hace es el Arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela. Es el último ejemplo del sometimiento ocasional del Estado a la máxima expresión del poder católico en España. La jerarquía católica bendice cada momento clave de la vida institucional, casa al heredero de la Corona, bautiza a sus hijos y preside los funerales de Estado.


IV. No mezclarás la gloria terrenal y celestial

El arraigo de la Iglesia católica en España hace que se confundan en no pocas ocasiones las celebraciones de carácter festivo o histórico con las religiosas. El himno nacional saluda en Semana Santa la salida de cada procesión y el viernes santo las banderas de los cuarteles ondean a media asta en señal de duelo. Las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado escoltan iconos religiosos en celebraciones públicas, y las autoridades civiles acompañan a los representantes católicos en manifestaciones puramente religiosas. Los colectivos laicistas exigen que se evite esta mezcla de representaciones. 


V.  No acapararás las fiestas del calendario

El calendario laboral para 2008 recoge un total de doce fiestas nacionales para todas las comunidades autónomas. La mayoría tienen su origen en celebraciones religiosas que, a su vez, nacen de ritos paganos y tradiciones anteriores al calendario cristiano. Sólo cuatro celebraciones conmemoran eventos no religiosos: el día de la Constitución, el 1 de mayo, el 12 de octubre, Fiesta Nacional, y la festividad de cada comunidad autónoma. Los homenajes civiles están casi excluidos del calendario; el día internacional de la mujer no se celebra, pero sí el de la Inmaculada.


VI. No invadirás instituciones públicas

La presencia de representantes católicos en instituciones ajenas a la Iglesia es notable. Hay capillas, y capellanes, en hospitales, universidades y centros penitenciarios. El Concordato garantiza este privilegio, que alcanza cotas especialmente relevantes en las Fuerzas Armadas. El trato favorable que recibe la Iglesia católica en el ámbito militar se recoge en los acuerdos Iglesia-Estado de 1979. Su manifestación más anacrónica es el denominado ‘derecho de presentación’, aún vigente, por el que el Rey propone al Papa un nombre para el cargo de Vicario General Castrense. 


VII. Cederás tu patrimonio al Estado

A lo largo de los siglos, la Iglesia, privilegiada por su bienes, ha conformado buena parte del patrimonio artístico español. ¿De quién son joyas como las catedrales de Burgos o León? ¿Pertenecen a la Iglesia católica o a la Humanidad? El concordato de 1979 establece que “el patrimonio de la Iglesia sigue siendo parte importantísima del acervo cultural de la nación”. Así justifican la colaboración entre las administraciones y la Iglesia para la conservación y cuidado de una herencia monumental cuya titularidad es privada. Los fondos públicos garantizan la necesaria pervivencia de este patrimonio.


VIII. Acatarás la ley de datos

La apostasía es el procedimiento por el que se abandona la Iglesia católica después de entrar a formar parte de ella mediante el bautismo. No existe un registro oficial de apóstatas. Media docena de iniciativas —de carácter municipal— intentan paliar esta carencia. Apostatar es un derecho, sin embargo, la Iglesia envuelve con trabas las peticiones de apostasía. Algunos obispados piden al solicitante las explicaciones que no reclamaron al bautizarle. Las parroquias no suelen borrar al apóstata de su libro de bautismos, sólo hacen constar, junto a su nombre, su declaración de ser dado de baja.


IX. No utilizarás los medios públicos

La Iglesia católica dispone de espacios públicos, gratuitos y semanales en las televisiones públicas. La Iglesia evangélica ha denunciado que la confesión católica dispone de tres horas y media semanales en RTVE frente a los cinco minutos que concede a las confesiones minoritarias. Los actos litúrgicos de cada domingo son emitidos por el canal público, acomodados entre programación confesional. La 2 de TVE programó durante la pasada Semana Santa una celebración diaria durante cuatro días consecutivos, además de retransmitir procesiones y otros contenidos de carácter puramente religioso.


X.  Te autofinanciarás

La actual campaña de la Renta es la primera desde que nació el IRPF en la que la Iglesia no percibirá la cantidad anual que le entregaba el Estado a fondo perdido. La Iglesia se servirá así de una declaración pública de impuestos para percibir el 20% de su presupuesto. Hacienda gestiona y facilita de esta manera la provisión de fondos para sostener a la Iglesia católica, exenta, hasta este año, de pagar tributos como el IVA. La autofinanciación es un objetivo recogido en el Concordato, pero la Iglesia no ha puesto nunca especial empeño en conseguirla.

De aquí

6/5/08

Meapilas

Las exequias por el ex presidente del gobierno Calvo Sotelo me trajeron una imagen del pasado que diría que se trataba del NODO del régimen franquista si no fuera por el color arrebatado de la televisión. Y vaya color. Estaba José Bono, la máxima autoridad del Congreso, ejerciendo de anfitrión a pie de escalera en la recepción de autoridades, entre leones de bronce, cuando aparece el Cardenal de Madrid, Rouco Varela, vestido discretamente de púrpura cardenalicia, el mismo día en que la revista Intervíu desvestía en portada, también discretamente, a su sobrina.

No sé si era por vergüenza, o por cuestiones morales, o porque pensaba que a las tetas de su sobrina les faltaba cierta lozanía, o porque se le venía encima un funeral por el que no podía cobrar; el caso es que el cardenal traía cara de pocos amigos.

Pero allí estaba José Bono, la tercera magistratura del Estado, para recibirle, inclinando servilmente la cerviz para besar la mano del cardenal talibán. ¿Será un aperitivo de lo que nos espera? ¿Por qué tenemos que soportar esta afrenta de ver al presidente del Congreso, nuestro máximo representante en una democracia parlamentaria, escenificando públicamente en actitud babosa el ritual servil de sus creencias religiosas?

De aquí

3/5/08

Cadáveres y dinero

En el caso del Yak-42, no se quiere coger al toro por los cuernos. Hay muchas cuestiones por resolver. Una, moral, que no tiene remedio: el desprecio con el que se trató la memoria de las víctimas, precisamente por los que tienen la patente de su defensa. No fue un accidente ordinario. El avión, como se demostró después y habían denunciado los pasajeros en otras ocasiones, no reunía las mínimas condiciones de seguridad exigibles para volar. Ni siquiera era un vuelo barato. El presupuesto del transporte de militares menguaba según pasaba de mano en mano. Como la cosa olía muy mal, desde el Gobierno intentaron tapar el caso, pero chocó con la resistencia de las familias. Cuando exhumaron cadáveres (algunos habían sido incinerados), se descubrió que ni uno solo se correspondía con la identificación asignada y, en muchos casos, había restos de cuerpos diferentes: ¡una vergüenza! Lo demás: amenazas a las familias, manipulación, otra vez, a través de la prensa afín, desprecio y falsedad del entonces ministro Federico Trillo, ascenso y traslado de militares implicados, decisiones sorprendentes de la Justicia con intento de archivo, corregido por instancias superiores (el juez Grande-Marlaska concluyó que la identidad del fallecido no es importante, sólo el lugar y la causa de la muerte ¿?). Todo para evitar juzgar a los responsables de unas muertes que nunca debieron producirse, ya que, según parece, la mala gestión del dinero, a beneficio de terceros, y no otra, fue la causa de un accidente en el que perdieron la vida 62 personas que tenían nombre y apellidos, y familiares, insultados, difamados y amenazados, por ejercer el derecho más elemental de nuestro sistema: ¡exigir justicia! ¿Hasta cuándo?

De aquí

2/5/08

2 de mayo de caspa

Sin ningún rubor, Esperanza Aguirre ha manifestado: “La única respuesta capaz de explicar aquella rebelión popular es aceptar que los españoles de 1808 tenían plena conciencia de que España era una realidad histórica… de la que se sentían dueños”. Esto es una solemne tontería. Y no empleo una expresión manida, es que eso es una tontería que se suele afirmar de manera solemne… ¿pero qué “conciencia de nación” ni qué monsergas? La única conciencia de aquella pobre gente era aliviarse del frío en invierno y del hambre durante todo el año. Por cierto ningún señorón o señorona de abolengo (los que se llenan la boca de “nación” y “patria”) fue fusilado los siguientes días. Aunque no resulta extraño que algunos defiendan el 2 de mayo. Si España se hubiera afrancesado, habría sido una nación laica, culta, desarrollada e ilustrada y quienes insultan a pobres mujeres víctimas del terrorismo lo más que conseguirían es una plaza de reponedores en Alcampo. Resulta, por otra parte, patético que un pueblo se subleve para traer al abominable Fernando VII (el “rey de las tres efes”: felón, fofo y feo) pero que permanezca impasible frente a la invasión de Los cien mil hijos de San Luis que restablecía la tiranía. Seamos sinceros, el 2 de mayo no debe ser una fecha para celebrar sino para llorar. Imaginar lo que pudo ser un siglo XIX español bajo la Ilustración y el progreso y contemplar, por el contrario, cómo discurrió nuestra historia es para inyectarse Prozac en vena… … José Bonaparte intentó desterrar el hambre de las tripas de los españoles y la superstición de sus mentes. A cambio, se le motejaba como “rey pepino” o “Pepe botella”; era abstemio y se le injuriaba de borracho; construyó espacios abiertos para disfrute de los madrileños y le insultaban como “el rey plazuelas”… y mal que le pese a la caverna, la primera Carta Magna en España que consagra “las libertades del pueblo” es el Estatuto de Bayona, obra del francés. Así, no entiendo qué se celebra con la casposa sublevación del 2 de mayo salvo el retorno de la Inquisición restaurada por el rey felón, las guerras carlistas, el “vuelva usted mañana”, la educación religiosa retorciendo espíritus y castrando cerebros, los cuartelazos, las guerras absurdas en África donde blanquearon al sol los esqueletos de infelices que no podían pagar la exención a filas… “celebramos” también las hambrunas en el campo andaluz donde se sacaba un santo de escayola pidiendo lluvia en vez de aplicar los planes agrícolas franceses… “conmemoramos” también el analfabetismo del 70% de los hombres y de casi todas las mujeres, el ridículo contra la armada norteamericana en Cuba y Cavite, los consejos de la demente Sor Patrocinio a reyes y gobernantes, la presión de la iglesia hasta asfixiar cualquier soplo de modernidad en la enseñanza y en la vida pública, tarados haciendo el ganso en Montejurra, el amañado “gobierno por turnos”… … Todo eso y más acarreó la expulsión de los franceses. Muy distinta hubiera sido una España laica y avanzada, preocupada por la ciencia, la industria y la economía y guiada por la razón. Contra todo eso, inconscientemente, se sublevaron muchos españoles el 2 de mayo de 1808. Por ello poco hay que celebrar. Conmigo que no cuenten.

De aquí