2/3/08

Otra carta a la Sra. Ana Mato

Sra. Mato, me dirijo a usted como padre de dos chicos andaluces en edad escolar. Le diré que ni me ofende usted, ni me sorprenden sus afirmaciones. Usted es eurodiputada y del Partido Popular, igual que ese señor que se tomó la libertad de llamar “cretino integral” a Blas Infante; usted se presenta por Madrid en las listas del PP, igual que ese señor que le precede en la referida lista y que alude a Andalucía como la tierra subsidiada, ignorando la realidad económica andaluza más allá de tópicos recurrentes y falsos; usted es del PP como cierta política que vino a hablarnos sobre los caciques, como si nosotros no los distinguiéramos. ¿Le dije que no me sentía ofendido por sus palabras? Ahora se lo repito.

Verá usted, no quisiera expresarme con términos parecidos a los que usted utilizó por no verme obligado a rectificar. Esa rectificación no me la exigirá ningún partido, ni tampoco algún cálculo electoral sino que me la exigiría yo mismo. Resulta que tengo dos hijos que suelen leer cuanto escribo y nada me avergonzaría más que mirar sus rostros cuando lean lo escrito por su padre si me expresara en los términos y con los calificativos que usted ha utilizado para referirse a los niños andaluces.

Señora Mato, usted para esa afirmación tan rotunda como inexacta, probablemente se haya inspirado en algunos titulares de prensa, esos que suelen escribirse con letra gruesa, cuando se publicó el informe PISA. Quiero pensar que usted no leyó dicho informe porque de haberlo leído nunca podría haber llegado a esas conclusiones aunque peor sería que lo hubiera leído, porque entonces demostraría que tiene usted cierta incapacidad para el análisis o de comprensión lectora.

Como padre de dos alumnos que cursan estudios en centros públicos andaluces, reconozco que todavía tenemos que mejorar mucho en éste y otros campos. Dicho esto, de los resultados sobre la educación en Andalucía del Informe Pisa, se puede deducir que nuestra Comunidad, con 474 puntos, está en un nivel similar a países como Italia (475), Portugal (474) o Grecia (473). Tampoco estaría mal que recordara usted que nuestra Comunidad se sitúa por encima del promedio total internacional (461). Podemos estar insatisfechos con los resultados, y conste que lo estamos, pero concluir que los andaluces son analfabetos no se ajusta ni al rigor de la lectura del informe ni a la propia realidad.

Que la educación no está en los niveles de calidad que deseamos es evidente. Pero déjeme que le diga una cosa. Aplaudo la decisión de la Junta de Andalucía para someter su sistema educativo a esta evaluación del informe PISA. Debiera usted saber que no todas las comunidades permiten ser evaluadas; convendrá conmigo que lo primero para afrontar una carencia es detectarla y, en este sentido, la Junta se somete a dos evaluaciones: las del informe que nos ocupa y la llamada Prueba de Diagnóstico. De ambos estudios, se tienen que sacar las conclusiones pertinentes para mejorar nuestro sistema educativo.

Pero mire usted, señora Mato, mientras que el PP andaluz hace esfuerzos baldíos por desprenderse de esos vínculos que los andaluces observamos entre ustedes y aquella derecha que maltrató a esta tierra durante siglos y que mantuvo a sus ciudadanos, entonces simples criados, en el analfabetismo y la miseria, vuestro panorama electoral será el que es. Se lo dije al principio de esta carta, que no leerá; usted no me ofende. No puede. Usted desde su posición de privilegio, hace igual que aquellos y estos señoritos que siempre nos miraron por encima del hombro, con cierto desdén y desprecio. Antes por unos motivos, ahora porque solemos votar a un partido que no es el suyo, el vuestro.

Por si le sirve, y mire que no tengo interés alguno, más bien todo lo contrario, mientras que el andaluz os continúe identificando con la derecha de toda la vida, aquí ya sabéis los resultados.

De aquí.

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